La pintora Natu Dumrauf conquista Europa

Nati Dumrauf es una pintora autodidacta argentina. Dio las primeras pinceladas de casualidad, Fue hace 12 años, cuando un amigo le pidió que le dibujara un logo. “Desde ese momento no pude dejar de dibujar y cuando dibujar no fue suficiente, apareció el color y cambió mi vida para siempre. Creo que el arte golpeó a mi puerta un día y yo solo lo dejé entrar”, afirma la artista plástica argentina, que vive en Palma de Mallorca.
A esa ciudad balnearia y capital de la atractiva isla española, arribó en 2014 procedente de Mar del Plata (donde se crio desde pequeña), por recomendación de gente amiga.
Como gran parte de los inmigrantes, Natu hizo distintos trabajos, hasta que descubrió la pintura. “Mallorca ha sido el lugar donde he desarrollado mi profesión, donde me he sentido creativa y en donde mi familia y yo nos sentimos muy a gusto”, puntualiza la madre de Macarena y esposa del fotógrafo Sebastián Martínez.
Sin descuidar los quehaceres familiares, Natu se puso a investigar y a experimentar sobre técnicas, pinturas, pinceles, espátulas y cubetas. Inmediatamente, resultó evidente que la atrapaban dos técnicas: el impresionismo y el cubismo.
Desde entonces, la oriunda de la ciudad de Olavarría viene gestando piezas pictóricas caracterizadas por una inmensa explosión artística. Al respecto, sin olvidar que tiempo atrás estuvo buceando entre dibujos al carbón y tiza pastel, confiesa: “Yo pinto con pintura acrílica, principalmente sobre lienzo”.
En cada una de sus creaciones, Natu emplea una mezcla de colores y figuras geométricas, inspirándose en la inocencia de niños y niñas, que la motivan a continuar aprendiendo y desarrollando las capacidades creativas.
La titular de @natudumrauf no duda en admitir una cosa: “comprendí que el arte fue y es como aprender un nuevo idioma, un nuevo lenguaje y este es el mío. No podría expresarme hoy de otra forma que no sea esta: con colores, rayas, lunares y dibujos simples y ojos enormes; no intento ser algo que no soy. Mi pintura es simple pero directa y sincera, al igual que los niños”.
Aunque su estilo posee mucho del vitralismo, que se mueve entre la expresión de su propia composición de color y los temas de obras conocidas con pinceladas a lo larga de las épocas, Dumrauf afirma: “creo que mi estilo no podría etiquetarlo de ninguna manera y tampoco quiero hacerlo porque me limitaría a mí misma, eso se lo dejo a los críticos y expertos. Yo solo quiero pintar”.
Siguiendo con la moda actual de tatuarse, Natu eligió poner su brazo imágenes de ilustres referentes del arte, como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Frida Kahlo. “Mi admiración a estos maestros y, luego pensar si yo fuera Picasso, ¿cómo hubiese pintado? ¿Y si fuese Matisse? La verdad, me divierto mucho. Para mí es como un juego y un desafío. Es reinterpretar grandes obras, pero en mi lenguaje. Un poco loco, pero siempre con mucho respeto”, asegura la autodidactaque sueña con pintar un gigante mural callejero.
A diferencia de sus colegas, en el atelier, a la hora de pintar, no pueden faltar tres botellas de agua. “Cada una de ellas tienen un significado para mi vida cotidiana”, sostiene la artista que consagra su vida con el agua del amor, la prosperidad y la divinidad.
Aunque su carrera artística es corta, la argentina ha participado en más de 25 exposiciones dentro de la península ibérica. Asimismo, ha recibido reconocimientos de organismos internacionales como, por ejemplo, la Federación de Asociaciones Iberoamericanas y la Asociación Cultural Ecuatoriana Iberoamericana.
La palmesa por adopción, Natu Dumrauf, tiene un sueño: “Quiero que mi arte toque las almas de las personas y deje huellas en la memoria de la humanidad”.
Para contactarse con la artista, ingresar a su Instagram @natudumrauf